En clase, me topé con una impresionante chica de 18 años con curvas irresistibles. Después de un encuentro caliente, sus amigas se unieron para un trío salvaje. Mi enorme polla los dejó a ambos jadeando por aire.
Me topé con ella en la sala de conferencias, con los ojos abiertos e incomprensivos mientras miraba mi monstruosa hombría.La vista de sus labios separados por el asombro, sus mejillas se sonrojaban de una mezcla de miedo y deseo, encendieron un fuego dentro de mí.No perdí tiempo en devastarla, mi miembro palpitante se hundió profundamente en sus incitadores pliegues, dejándola jadeando por aliento y suplicando por más.Pero el baile carnal estaba lejos de terminar.Me uní otro ansioso, nuestros cuerpos se entrelazaron mientras nos turnábamos para complacerla, nuestros gemidos reverberando a través del aula vacía.Esto no se trataba solo de sexo; era una urgencia primaria que nos consumía, una pasión cruda, sin filtros que nos dejaba sin aliento y satisfechos.Nuestros cuerpos se enredaban, nuestros gritos de éxtasis llenando la habitación, nos perdíamos en la garganta del placer, cada uno de nuestros deseos se cumplía.