Después de ser atrapado, mi hermanastra y yo decidimos satisfacer nuestros deseos. Ella tomó ansiosamente mi gran polla en su boca, luego la cabalgó a horcajadas hasta llegar a su clímax.
En un cuento tan tentador como explícito, me encuentro relatando la noche en que mi hermanastra y yo finalmente cedimos a nuestros deseos más profundos.La tensión llevaba años construyéndose, una atracción ardiente que solo crecía más fuerte cada día que pasaba.Cuando por fin sucumbió a su antojo de mi miembro palpitante, fue una vista para contemplar.Su amplio seno agitando con cada grito ahogado, sus labios exquisitos se envolvieron alrededor de mi pulsante eje, fue un espectáculo que me dejó cautivado por completo.Pero el verdadero clímax llegó cuando me montó, su voluptuoso derriere rebotando con cada embestida, sus gemidos de placer resonando por la habitación.La vista fue suficiente para agitar los deseos dormitientes dentro de mí, y me encontré perdido en las gargantas del éxtasis.Mientras llegaba a mi punto máximo, pude sentir la calidez de su cuerpo rodeándome, su dulce néctar envolviendo mi virilidad.Y a medida que me retiré, me saludé con la vista de mi semilla, un testimonio de nuestro placer compartido, rebozando su amplio semen en su amplio miembro.