Una adolescente es dominada por su papá, esposada y castigada por desobedecer. Él le da suaves palmadas en la cara, la llama puta y la besa dolorosamente. Primer plano de sus ojos llorosos y su boca contenida.
Una jovencita, apenas adolescente, se encuentra en la inenvidiable posición de estar bajo el estricto control de sus padres.Ella no es solo su hija, sino su esclavo, para ser usada y abusada a su antojo.La escena se abre con ella estando encerrada en una pequeña habitación, con las manos esposadas a la espalda.Su padre, un hombre con pinta de popa, entra en la habitación, con la cara retorcida en la rabia.Le da fuertes palmadas, el sonido resonando por la habitación, antes de besarla con rudeza.Este no es un tierno beso, sino una muestra de dominio, un claro mensaje de que le pertenece, cuerpo y alma.La chica luego es llevada a una mesa, donde su padre procede a castigarla por la percibida desobediencia.El dolor es intenso, pero lo soporta en silencio, con los ojos llenos de lágrimas.Esto no se trata solo de castigo, sino de humillación, un recordatorio de quién tiene el poder en esta relación retorcida.