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Mi hermanastra llevaba mucho tiempo intentando recuperar a su amante, y me alegraba más que ayudarla.Sabía que él era el único que podía satisfacerla de todas las formas posibles.Después de un par de copas, me vi de rodillas frente a él, chupando su polla palpitante.Era una vista para contemplar, un semental colombiano con un enorme miembro, y estaba más que dispuesta a probarla.Pero eso no es todo, mi hermanastra quería que yo también la probara.Obligué, saboreando cada gota de su dulce néctar.La verdadera acción comenzó cuando lo montó, cabalgándolo duro y rápido.Era un espectáculo para ver, su lindo culito rebotando de arriba abajo mientras ella cabalgaba su gran polla.Me uní, tomándola por detrás, follándola duro y profundo.El clímax era intenso, con él disparando su carga directamente en su ansiosa boca.Era la noche de recordar, una noche de dominación y placer, una noche que no olvidaría pronto.