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Me quedé recostado en la sala, tomando el sol de la tarde, cuando mi hermana menor decidió unirse a mí.Tenía un brillo pícaro en sus ojos mientras se arrodillaba frente a mí, revelando su culo redondo y apretado.No pude resistir el atractivo de su encanto juvenil y la promesa de placer prohibido.Mientras nos movíamos a la mesa de la cocina, nuestros cuerpos entrelazados en un abrazo apasionado, bajé la mano para acariciar sus pechos firmes y amplios.La sensación envió ondas de placer recorriendo su cuerpo, culminando en un poderoso clímax que pintaba sus redondas, invitando nalgas con mi esencia caliente y pegajosa.Este video casero captura nuestro encuentro íntimo, una tentadora exhibición de amor amateur que celebra la belleza del deseo juvenil y la emoción del tabú.