La inocente hermanastra, atrapada en un intento prohibido, se rinde ante los avances de su hermanastro. Su apasionado encuentro se desarrolla en varias posiciones, culminando en un explosivo clímax, demostrando su inocencia en su secreto tabú.
El día estaba ardiente, y el joven no podía esperar para llegar a casa y relajarse con su hermanastra.Tenía un plan loco bajo la manga, pero necesitaba que ella estuviera de humor.Así que, siguió adelante y la invitó al garaje, donde podían hablar de cualquier cosa y todo.Pero en cuanto entró, no pudo contenerse más tiempo.Quería follarla, y lo quería mal.Y en cuanto se dio cuenta de lo que estaba tratando de hacer, lo dejó.Se pusieron manos a la obra, y la folló duro y profundo, haciéndola gritar de placer.La llevó de misionero a espaldas, y le encantaba cada segundo de ello.Al final, la hizo correrse tan fuerte, apenas podía ponerse de pie.Fue un viaje salvaje, pero sabía que tenía que hacerlo de nuevo.