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Ross y yo hicimos un trío y sus rellenos siguen creciendo.Era un viaje salvaje, pero valía la pena.Ross era insaciable, su apetito por el sexo creciendo con cada momento que pasaba.Sus raíces árabes se mostraban en su sexualidad cruda y primaria.Sus cabellos gruesos, oscuros y sus ojos penetrantes se sumaban a su encanto.A medida que transcurría la noche, su hambre por mí se intensificó, y me encontré sucumbiendo a sus deseos.Nuestra pasión se encendió, y exploramos cada centímetro de los cuerpos de cada uno.La intensidad de nuestra conexión fue abrumadora, y nos dejó a ambos sin aliento.A pesar del cansancio físico, continuamos explorándonos mutuamente, nuestros cuerpos se entrelazaron en un baile de deseo.Nuestro placer compartido era palpable, y nos dejaba a ambos sintiéndonos más vivos que nunca antes.
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