Una mujer cachonda anhela una polla monstruosa y no puede esperar a que sus amantes regresen. Se entrega al auto-placer con un gran consolador, su juguete favorito, en la privacidad de los baños.
Una tentadora tentadora se encuentra sola en el lavabo, sus pensamientos deambulando al tamaño de la hombría de un hombre que ha encontrado antes.Incapaz de resistir el atractivo de su propia curiosidad, alcanza su juguete favorito: un dildo colosal que se asemeja al enorme apéndice con el que ha estado fantaseando.Con una sonrisa pícara, comienza a explorar lo más profundo de sus deseos, sus manos acarician la superficie resbaladiza del juguete mientras imagina su eje palpitante de su amante prohibido.La vista del enorme dildo en sus delicadas manos solo sirve para alimentar su excitación, sus dedos bailando sobre la longitud del juguete mientras se lleva al borde del éxtasis.Esta no es solo cualquier sesión de auto-placer; su testimonio del poder de la imaginación y los estiramientos que una mujer irá a satisfacer sus antojos carnales.