En busca de placer anal, llevé a mi amante a un vestidor de la tienda, encendiendo nuestra pasión.Allí, bajo las luces del vestuario, nos entregamos al sexo anal intenso, deleitándonos en la emoción de la intimidad pública.
Al calor del momento, me encontré anhelando sexo anal.Mi pareja y yo estábamos afuera y sobre cuando surgieron las ganas.Nos metimos en una tienda, buscando una mancha privada para nuestro acto íntimo.El vestuario parecía el escondite perfecto.Cuando entramos, caí ansiosamente de rodillas, bajando el cierre del pantalón para tomarlo en mi boca.La emoción de los testigos potenciales solo se sumó a nuestra excitación.Una vez satisfechos con nuestro intercambio oral, nos trasladamos al fondo de la cabina.Separé las piernas, invitándolo a penetrar mi culo apretado y redondo.No perdió tiempo, hundiendo su polla dura profundamente dentro de mí.El sonido de nuestros cuerpos chocando resonó en toda la tienda vacía, agudizando nuestra excitación.A pesar de nuestros esfuerzos por permanecer en silencio, nuestros gemidos se hicieron más fuertes con cada embestida.La turbación de la intimidad pública en un entorno tan mundano fue intoxicante.Al llegar a nuestro clímax, no pudimos ayudar sino reírnos ante la atrecha de nuestra exhibición pública.Una experiencia verdaderamente inolvidable.