Después de un baño caliente, nos entregamos al placer anal sin protección.Mis novias resonaban en los gemidos de la habitación del hotel mientras ella se recreaba en la intensa sensación, su cuerpo se estremecía de placer.Era una noche para recordar.
Después de un largo día en la playa, regresamos a nuestra alquilada habitación de hotel.Mi novia y yo estábamos ansiosos por relajarnos y disfrutar de nosotros mismos.Llevamos un rato separados, y esta habitación de hotel era nuestro santuario, un lugar donde podríamos ser nosotros mismos, lejos de los ojos indiscretos de la sociedad.Al entrar en la habitación, soltamos nuestros bañadores, y la ayudé a lavar la arena y el agua salada en la bañera.La vista de su brillosa piel y del delicioso cabello rubio era intoxicante.No pude resistir las ganas de explorarla más, y ella correspondió a mi deseo.En el espíritu de nuestras fantasías de juego de roles, asumimos nuestros trajes, transformando nuestra habitación de hotel en nuestro propio parque privado.Mientras la pasión se intensificaba, nos involucramos en sexo anal sin protección, con sus gemidos resonando a través de la habitación.La visión de su culo abierto, brillando bajo la tenue luz del baño, era un espectáculo para contemplar.Nuestros cuerpos se entrelazaron en un baile de placer, dejándonos a ambos completamente satisfechos.