Visité una librería durante un tiempo de lectura, pero en cambio, encontré a una amateur caliente que estaba ansiosa por complacer. Ella se arrodilló y me dio la mejor mamada, lo que llevó a una corrida impresionante.
En un giro fortuito de eventos, me encontré en compañía de una compañera amateur en una librería.El giro inesperado dio un giro erótico al revelar sus verdaderas intenciones.Con un brillo pícaro en sus ojos, se arrodilló ante mí, bajando la cremallera de mi pantalón para desvelar mi anticipación palpitante.Sus labios, ansiosos y anhelantes, envolvieron mi hábil hombría, realizando una mamada que me dejó jadeando en éxtasis. Sus manos, hábiles y entendidos, trabajaban en tándem con su boca, creando una sinfonía de placer que me dejaba en un estado de euforia dichosa.El ruido ambiental de las tiendas, el estruendo de las páginas, y los pasos ocasionales fuera de los confines de nuestro espacio privado solo se sumaron a la emoción de nuestro encuentro prohibido.Mientras continuaba su banquete oral, pude sentir mi clímax acercándose. Con una embestida profunda final de su boca, ella me llevó al borde, y solté mi carga, llenando su boca ansiosa con mi caliente y pegajosa leche.El sabor de mí en sus labios, la vista de su sonrisa de satisfacción, y el conocimiento de que acabábamos de compartir un momento íntimo en el corazón de la librería hicieron que este encuentro casero fuera verdaderamente inolvidable.