Después de años de diferencia, me reconecté con mi ex, una mexicana impresionante. Nuestra química se encendió mientras nos entregamos al sexo apasionado, culminando en intensos orgasmos. Saboreé cada momento con mi ex amante, esperando una esperada actuación de repetición.
Después de una larga pausa, me encontré anhelando el sabor de mi ex amante.Una amiga íntima, siempre había sido una tentación tentadora.Cuando se acercó, el aire era grueso de deseo.Su cuerpo, un banquete mexicano, era demasiado tentador para resistirme.La devoré con el hambre de un hombre hambriento, sus gemidos llenando la habitación.Nuestros cuerpos se entrelazaban en un baile tan antiguo como el tiempo, nuestras respiraciones se rizaron.El placer era abrumador, enviando ondas de éxtasis a través de ambos.Me vi perdida en las gargantas de la pasión, mi lengua explorando cada centímetro de ella.El éxtasy estaba más allá de cualquier cosa que hubiera experimentado, cada clímax era más intenso que el último.La habitación guardaba silencio, excepto nuestra pesada respiración.Nos quedamos recostados, nuestros cuerpos entrelazados, saboreando el dulce sabor del otro.Fue un encuentro sensual que nos dejó a ambos años por más.Un sabor de paraíso, solo un mexicano podría ofrecer.