Un repartidor me aturde con su enorme herramienta africana. La chupo ansiosamente y luego me inclino para un viaje salvaje. Mis grandes tetas y mi clítoris se mueven de placer mientras me taladra.
Solo me estaba importando mi propio negocio cuando el chico de la entrega se presentó en mi puerta.Poco sabía, estaba en medio de algún auto placer, mis dedos bailaban sobre mi clítoris palpitante.Cuando me agache, mis grandes tetas naturales en plena exhibición, aprendí un atisbo de la elevada polla negra colgando del pantalón del chico de entrega.Era una vista para contemplar, un considerable pene africano que suplicaba por atención.No pude resistir las ganas de chuparlo, y antes de darme cuenta, tenía esa gran polla negra en mi boca.El sabor, la sensación, todo era demasiado para manejar.El chico de reparto se desconcertó, pero no me apartó.En cambio, me dejó trabajar mi magia, mi gordo culo se balanceaba mientras inclinaba mi cabeza hacia arriba y hacia abajo sobre su gran polla.La acción de gordas y gorditas estaba en pleno apogeo, un encuentro salvaje y caliente que nos dejó a ambos sin aliento.