Una mujer mayor anhela mi polla, sus labios anhelandola. Ella está ansiosa por complacer, su coño mojado es un testimonio de su deseo. Esto no es solo sexo, es un intercambio carnal de placer y satisfacción.
Llevo un tiempo mirando a esa madura.Ella consiguió este irresistible encanto que cuesta ignorar.Cada vez que ella pasa por allí, sus amplias curvas y su mirada sensual me dejan totalmente hechizada.Ayer, finalmente decidí hacer mi movimiento.Sañe a ella, mi miembro palpitante se abultaba contra mi pantalón.Para mi deleite, ella notó y lamió sus labios con anticipación.La vista envió un subidón de adrenalina corriéndose por mis venas.Con una sonrisa acogedora, se dejó de rodillas, sus manos abriendo con ansias mis pantalones.Su boca experimentada me envolvía, enviando olas de placer corriéndose a través de mi cuerpo.Apenas pude contener mis gemidos mientras trabajaba su magia, sus hábiles labios y lengua conduciéndome al borde del éxtasis.Y luego, abrió sus piernas, invitándome a sumergirme en sus profundidades.La pasión resultante nos dejó a ambos sin aliento, nuestros cuerpos entrelazados en las gargantas de placer.Era un baile carnal para que ambos nos dejara más.