Públicamente golpeando a mi amante bien dotado, la provocaba con mi miembro masivo, encendiendo su deseo. Ella anhelaba mi polla palpitante, nuestra cruda pasión se desarrollaba al aire libre.
Después de una sesión caliente en su casa, mi chica y yo decidimos animar las cosas con un revolcón público.Saltamos en el auto, ella montándome en el asiento trasero, sus curvas deliciosas rebotan mientras yo la cogía.La emoción de ser atrapada, el riesgo, todo se sumó a la excitación.Nos tiramos a un parking apartado, la capucha del auto sirviendo como nuestro escenario.Ella se trepó, sus grandes tetas rebotando mientras yo me bajaba la cremallera, mi monstruosa verga saltaba libre.Ella ansiosamente me llevó a la boca, antes de doblarla sobre la capuchas, presentando su apretado culo para que yo lo reclamara.La exhibición pública solo alimentó nuestra pasión, el riesgo hizo que cada toque fuera más intenso, cada gemido más desesperado.El sabor del prohibido, la emoción del público, todo hizo un encuentro inolvidable.