Ridel entrega el control, soportando una rigurosa paliza con una paleta y una caña. Después del castigo, la atan y la insertan en una máquina de follar, adoptando su papel sumiso.
¡Prepárate para sumergirte en un mundo de kinky crudo y sin filtros donde Ridel es la estrella del espectáculo! Esta no es tu sesión de azotes promedio; es una demostración brutal e inquebrantable de disciplina que te dejará sin aliento. Ridel cede el control, sucumbiendo a una embestida despiadada de castigo que incluye tanto paleta como caña. El dolor es intenso, pero Ridel soporta cada huelga brutal, sometiéndose al placer primordial que lo acompaña. La escena culmina en que Ridel está atado y sometido al ritmo implacable de una máquina de follar, agregando otra capa de placer intenso a la mezcla. Esto no es para los débiles de corazón; es una exhibición hardcore y sin disculpas de BDSM que te dejarán deseando más.