Una joven empollona seduce a su tutor con una habilidosa mamada y la convierte en un reality salvaje de lujuria.
El joven muchacho, un lector voraz, buscó la tutoría en la literatura del profesor anciano.Sin saberlo, el sabio tenía un motivo ulterior: guiarlo en el arte del placer.El ingenuo erudito, inocente y ansioso, inicialmente se sorprendió por la proposición de los profesores.Sin embargo, el instructor experimentado, con sus manos firmes pero suaves, lo convenció de persuadir a un mundo de conocimiento carnal.Los ojos del profesor, una vez llenos de sabiduría, ahora gritaban de lujuria mientras desnudaba al joven, revelando su cuerpo suave e invitante.El profesor, con precisión deliberada, guió la boca de los muchachos a su palpitante hombría, saboreando la dulz de la inocencia. Luego, separó las piernas de los muchachos, sus experimentados dedos provocaban y tentaban antes de hundir su endurecido eje en las profundidades intactas de los jóvenes.El profesor se tomó su tiempo, saboreando la dulzura de las respuestas de los chicos.Terminó la lección, el muchacho quedó en brazos del profesor, su cuerpo marcado por la liberación del profesor, un testimonio de su primera lección de placer.