Un encuentro caliente con mi nuevo vecino llevó a una sesión salvaje e intensa.Su grueso eje africano estiró mi apretado agujero, dejándome gemir de placer.Su clímax me llenó, dejéndome gastado y satisfecho.
Estaba haciendo un trabajo de garaje cuando sucedí echarle un vistazo a la casa de mi nuevo vecino.Para mi sorpresa, lo vi recostado en el porche, con los ojos fijados en mí.No pude evitar sentir una chispa entre nosotros, y después de unos pocos adelante y atrás, decidimos llevar las cosas al interior.Una vez estuvimos dentro, las cosas se calentaron rápidamente.No perdía tiempo en desnudarme, con sus manos explorando cada centímetro de mi cuerpo.Su toque era eléctrico, enviando estremecimientos por mi columna y haciéndome ansiar más.Se tomó su tiempo dándome placer, con sus dedos encontrando expertamente todos los puntos correctos para empujarme al borde.Cuando finalmente se sumió en mí, era como nada que había experimentado antes.Su tamaño me estiraba hasta mis límites, pero me recreé en cada segundo de ello.La forma en que me folló fue nada menos animalista, cada embestida enviando olas de placer desplazándose por mi cuerpo.Cuando finalmente llegó, fue como una liberación, una culminación de toda la tensión y el deseo que se había estado construyendo entre nosotros.